Con 1’92 de altura, la capitana del equipo español de
atletismo, Ruth Beitia, va logrando éxitos allá por dónde salta.
La actual Campeona de Europa no defrauda, a pesar de su
intención por retirarse de las pistas de atletismo hace un año, lo que hubiese
sido un error tanto para ella como para sus seguidores.
La saltadora cántabra esta en uno de sus mejores momentos y
lo está aprovechando, pues hoy a logrado sumar un nuevo título a su palmarés que la acredita como la tercera mejor
saltadora del mundo.
Siempre es un placer poder disfrutar de una atleta tan
profesional y experimentada como ella que ha competido tanto en JJOO como en
Europeos y Mundiales logrando grandes resultados en todos ellos.
No sólo como espectadora, sino como aprendiz de este deporte
y en especial del salto de altura, es un gran privilegio poder disfrutar de una
atleta tan regular que demuestra siempre estar a la altura del listón y pase lo
que pase su cara siempre refleja positivismo. Sin olvidar de la gran capacidad de concentración que demuestra en los
momentos de presión.
Pero no todo el mundo sabe el sacrificio que conlleva esto,
las horas de entrenamiento y los fracasos y caídas que a veces se convierten en
el mayor sufrimiento. En una prueba como el salto de altura, la mente cobra una
mayor importancia que el cuerpo, pues si la cabeza no funciona, por muy bien entrenada
que estés de nada sirve.
El problema, es que los medio de comunicación no saben
valorarlo, pero hay un gran sacrificio para poder lograr una mínima que te
permita ir a las grandes citas, y no siempre se logran. Y por supuesto, la alegría de poder subirte a un pódium y más
si es internacional, aunque esto apenas se muestre en los deportes del
telediario que con suerte puede quitar algún segundo al deporte rey en España.
Este es un pequeño homenaje al salto de altura y a su gran representante Ruth Beitia, pero también a
aquel deporte que sólo se vuelve importante cuando son los JJOO.