jueves, 29 de enero de 2015

La sonrisa de Amparo Baró se apaga.

Nacida en Barcelona un 21 de septiembre de 1937, tras 77 años de vida, su sonrisa de apaga un 29 de enero de 2015. 

Un día triste para los amantes de la interpretación y los seguidores de esta gran actriz, un día triste para la cultura de este país.

Actriz de teatro, cine y televisión, ha sido conocida por todos y su gran carisma ha calado en nosotros.

Mujer de ideas muy claras, tanto que se permitió el lujo de rechazar un papel en Pepi, Lucy y Boom... de Pedro Almodóvar por considerar la película como chabacana, aunque más tarde se arrepentiría.
En su faceta como actriz de cine logró un Premio Goya a la mejor actriz gracias a la película  Siete mesas de billar francés.

Pero sin duda, para nuestra generación siempre será recordada por su gran papel en la serie 7 vidas. Tan buena actriz fue que por esta serie recibió en cuatro ocasiones el premio a la Mejor actriz de la Academia de las Artes y las ciencias de Televisión.

No se cerró ninguna puerta y participó también en el conocido programa de monólogos El Club de la comedia.
Especialmente, la recordaré por su papel en la serie El Internado, donde se mostraba a una Amparo Baró llena de vitalidad, intentaba ser mala pero era imposible, siempre acababa ayudando a las pequeñas del colegio. Una Amparo Baró que dejaba entrever su corazón y que era tan pequeñita que guardaba en ese poco espacio muchas virtudes.

Ha sido tan buena su interpretación y su forma de ser en esta vida que muchos compañeros de profesión le han dedicado preciosas palabras a través de las redes sociales como Javier Cámara quien la ha considerado su madre por tantos momentos de trabajo juntos. 

Su vida junto a su sonrisa se ha apagado, pero su recuerdo permanecerá presente en nuestro país pues ha sabido dejar huella antes de irse.



Este es mi pequeño homenaje a una gran actriz.